jueves, agosto 6

domingo inolvidable, causa, chicha...

causa limeña y miraflorina (enorme, sabrosa), ají de galllina, chicha morada (hasta embotarse) y su compañía: así se hace domingo (después de una larga mañana), mientras uno camina pausado (mirando el mar) y ella solicita taxi, ¡taxi!, casi gritando... (¿estará cansada de veras o se habrá cansado de andar conmigo?). mientras observa el ir y venir de los parapentes, una fulanita travestida a la usanza andina se anima a cantar delante de los curiosos que la aplauden porque ella es de espinar (jamás recordaré su nombre por más que me esfuerce) y porque a todos les "parece simpático"... el hecho es que estamos ahí, quien sabe yo un poco triste (qué novedad), pero más cerca que nunca de quien merece muchas -todas, absolutamente todas- las cosas buenas de este mundo... estaba sano (la noche anterior en la calle más transitada del distrito, nos habíamos tomado un cuba libre nomás, no era para tanto). estaba sano, la tenía de la mano y la besaba mientras ella se esforzaba -sin decirlo- en mantener de pie al hombre maltrecho que sigo siendo: el del más intenso domingo soleado a medias, cantanto luego (the older`s songs), viviendo más, riendo (mira que no venga nadie), pero siempre, siempre (toda la vida), siempre, propenso a soñar...

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