lunes, diciembre 7

vuelta

vuelvo hoy después de tiempo, retorno porque es necesario dejar constancia, imprescindible dejar sentir... les cuento que la semana pasada regresé a villa maría pero esta vez de visita (como una vez les conté: me mudé de ciudad, de chamba y hasta de vida). regresé a villa y me volví a reencontrar con los viejos camaradas de tragos, de esquina, de tantas jornadas cabineras. ahí estaba maradona, los turbios y los olvidados de primero de mayo... me perdí varios días con los patas, recorrí sus polvorientas calles, visité mi antigua casa y encontré a todos mucho mejor que antes (el que está peor soy yo de tanta nostalgia, de tanta soledad y tanta mala vida)...
caminé de la panamericana hasta la puerta de casa mientras tarareaba "puente": "un día más, un día más... arriba el sol, abajo el reflejo de cómo estalla mi alma..." abrí, cerré, me senté en la mesa a desayunar con todos el pan tostado de doña juana y el infantable pescadito frito con café humeante y bien cargado. en casa sentí que cada día que he pasado fuera ha servido para reconocerme foráneo, ajeno, cada vez más lejano de esa realidad que ha dejado de ser la mía (aunque me duela decirlo)...
es tarde, estoy cansado, mi flaca no está conmigo ahora (la extraño), me duele la cabeza y sólo deseo dormir, dormir largo, largo, todo el tiempo... pasaba por aquí (disculpen la molestia), sólo quise dejar sentado que aún estoy vivo y que esta es la canción que he elegido para acompañarme en lo que me queda de vida...

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