lunes, diciembre 7

las noches, nuestros días...


de los días que han pasado me quedo con la noche que salimos a cenar con mi flaca, la noche que estuvimos en el bar alemán y vimos bailar a unos negritos que la verdad dejaron impresionados a todos. estuvimos contentos, alegres. la vi sonreír de buena gana (como me gusta), la vi embriagarse poco a poco. cuando se iba al baño caminaba o tambaleante o con el gesto endurecido (como diciendo no estoy mareada, ¿qué no me ves?)... adentro calor, afuera el frío. cuando salimos ella se sintió caminando (jamás lo reconocerá) por la plaza de tiananmen (frente al tanque de guerra). y el hipo, el bendito y enorme hipo que nos delataba ante los pirañas y pájaros fruteros que dormían o intentaban sobrevivir -acechantes- bajo los pórticos a las 3 de la madrugada. y caminamos. abrazados, -ella hipando estruendosamente y yo sereno- caminamos con el eco de sus hipos en la espalda y como lo hacen los borrachos que regresan del jolgorio diario y cantinero... caminamos y atravesamos la plaza san martín de extremo a extremo, entonces decidimos regalarnos lo que siempre nos hemos debido (tamaña deuda que aún sobrevive)... y bailamos. el directorio reventaba a esa hora de groupies y no había donde sentarse. una cuzqueña más y baila conmigo, mira cómo me muevo y te beso, baila conmigo, baila, ¿si? (ojalá pongan la de vicentico que tantas cosas me hace acordar)... estábamos en el directorio y bailábamos parejo... entonces supe que nunca la había querido como esa noche, que nunca me pareció tan guapa, tan niña, tan ebria y tan sincera... y la abracé como se abraza el primer muñeco de hombre araña que le regalan los viejos a uno cuando niño, como se abraza uno al ferrocarril para que no nos deje, como se abraza uno a los sueños que nunca dejan de florecer cuando se tiene a alguien como ella que nos ama, que nos quiere con todas las fuerzas de su vida...
la noche del bar alemán y del directorio volvimos exhaustos. ella se durmió en el taxi, se recostó en mi hombro como otras tantas noches y yo la desperté antes de dormir porque era necesario... y aquí recuierdo la canción que tocaban en la disco cuando estábamos afuera comprando la entrada. era una de charly (ésta), una de sus tantas canciones de leyenda...

ella está por embarcar,
quizás consiga un pasaje en la borda...
ella está por despegar
ella se vaaa...

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